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sábado, 2 de septiembre de 2017

28 de Agosto de 2017 - Mensaje de San Judas a través del Vidente Marcos Tadeo

Jacareí, 28 de Agosto de 2017
Transmisión de las Apariciones Diarias en vivo vía internet en la WebTV mundial: www.apparitionstv.com



MENSAJE PRIVADO DE SAN JUDAS A CARLOS TADEO NUNES
“Amado hermano Carlos Tadeo, hoy vengo nuevamente para darte Mi Mensaje, para bendecirte, para decirte: ‘Te amo con todo Mi Corazón, te amo con toda la Llama de Amor que Jesús y María colocaron en Mi Corazón.’
Soy tu protector, soy tu guardián, soy tu amigo, soy tu compañero.
Tengo añoranzas de ti. Ven siempre delante de Mí para abrir tu corazón, para rezar, para entregarme todas tus dificultades, sufrimientos y problemas, para también recibir de Mí toda la paz y todo el amor del Cielo. Yo estoy contigo en todos los momentos de tu vida y nunca, nunca te abandono, nunca te dejo.
Deseo que continúes hablando a todas las personas del gran poder que Yo gozo junto de Jesús y María en el Cielo, para que esas personas recurran a Mí con confianza y así puedan recibir no solamente grandes gracias del Señor, pero también Su luz, Su Espíritu Santo, Su Llama de Amor.
Amado hermano, quédate sabiendo que, cierta vez cuando volví de Jerusalén de una de Mis misiones apostólicas, estaba pasando por la Ciudad cuando fui apuntado como uno de los apóstoles del crucificado. Los enemigos de los cristianos, los judíos que nos perseguían, Me cercaron con bastones para poder matarme, pero Mi Reina María Santísima, que de todo tenía conocimiento, rezó por Mí y entonces desaparecí milagrosamente delante de ellos y fui colocado en el cenáculo a salvo de aquella turba amotinada.
Mientras tanto, en aquel momento en que fui cercado y Me vi sin salida, Mi Corazón sufrió una gran angustia, pues no temía la muerte, pero sí temía morir sin haber terminado la misión que el Señor Me había confiado. Entonces, ofrecí a Dios aquel Mi sufrimiento por tus intenciones, para que en el futuro realmente fueses gran santo, que la Madre de Dios desea y que todas las gracias del Cielo fuesen dadas a ti, para que entonces, puedas cumplir tu misión con el amor pleno y obediencia plena al Señor.
Quédate sabiendo que, una vez cuando andaba por las Ciudades de Persia predicando el Evangelio, ciertos magos y hechiceros Me desafiaron invitándome a un banquete. A principio ellos parecían querer la conversión, querer el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, pero lo que Yo no sabía es que ellos habían envenenado la comida que Me sirvieron y entonces, cuando bebí aquella bebida mortal, conocí que estaba envenenada y entonces, una vez más rogué a Mi Reina Santísima que Me socorriese. Ella vino y Me apareció dándome la gracia de escapar ileso de aquel veneno mortal.
Ese hecho hizo con que muchos que estaban presentes al banquete se convirtiesen. Pero aquellos sacerdotes permanecieron endurecidos en su paganismo y en su dureza de corazón. Ellos entonces Me arrastraron para fuera del lugar donde estábamos y agarraron piedras para apedrearme. Algunas de ellas realmente llegaron a tocarme, causándome gran dolor. Estaba Yo bien dispuesto para el martirio y ofrecía todo eso por ti cuando entonces, Mi Reina Santísima Me apareció para nuevamente animarme, para librarme de las manos de ellos porque no había aún concluido Mi tarea, Mi misión. Desaparecí delante de ellos y fui colocado a salvo por Ella en otro lugar donde continué Mi predicación.
Todo eso amado hermano ofrecí por ti porque te amo más que todo. Ve cómo es grande Mi Amor por ti. Ve en frente pues, siempre confiando en el amor que tengo por ti y en el poder de Mis méritos junto de la Santísima Trinidad. Invócame siempre y por medio de esos méritos, te daré grandes gracias, ofrécelos y pide a la Santísima Trinidad gracias por medio de ellos y ellas te serán abundantemente concedidas.
Sobre todo, sigue en frente amando el hijo que la propia Reina del Cielo te dio y que para ti será fuente de grandes e ilimitadas gracias. Sobre todo, él será el canal por medio del cual tu santificación, tu perfeccionamiento y tu salvación serán verdaderamente realizadas por el Señor y tú serás grande en el Reino de los Cielos, llevando para allá contigo muchas y muchas almas convertidas y santificadas por los cenáculos de oración.
Sí amado hermano, tienes el amor de la Santísima Virgen, él es tuyo; tienes también el amor de tu hijo amadísimo Marcos, tienes Mi Amor. Debes por lo tanto sentirte feliz y grandemente enriquecido por el Señor, pues a ti, Él dio mucho más que a muchas generaciones del pasado y a ti favoreció mucho más que a muchos reyes y sabios del pasado.
Alegra tu corazón, vibra de alegría, porque tu nombre está escrito en el Cielo, está escrito en el Corazón de la Madre de Dios. Yo te bendigo con gran amor ahora y sobre ti derramo Mis gracias de amor.”

(Vidente Marcos): “Hasta breve amado San Judas Tadeo."

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